jueves, 25 de abril de 2013

La Champions de Lewandowski

Cuando Eliseu marcó el 1-2 en Dortmund, en el minuto 82 del partido de vuelta, pensé que era el fin de una bonita historia. Tenía que caer uno de los dos y creía que ese gol acababa con una Champions League formidable del equipo de Jürgen Klopp. Habían sido campeones en un grupo dificilísimo -y estuvieron muy cerca de ganar en Madrid y Manchester- y habían eliminado a un muy buen Shakhtar Donetsk, a pesar de la venta de Willian. Entonces creía que me tocaría escribir sobre este equipo y no un homenaje a la actuación europea del Málaga, pues ignoraba lo que ocurriría en los diez minutos posteriores. En ese momento, tras el 1-2, decidí que me centraría en una figura en particular, Robert Lewandowski, aunque el inesperado desenlace me hizo cambiar de opinión.

El delantero polaco cuajó una eliminatoria sensacional contra el Málaga. Posiblemente fue el mejor jugador de su equipo en ambos partidos. Su lucha contra la defensa malacitana en La Rosaleda fue emocionante, ganó muchísimas acciones, sobre todo recibiendo de espaldas, y permitió dar continuidad al juego de su equipo. Estaba en todos lados, ganaba los duelos aéreos y casi siempre llegaba antes que su marcador, como también sucedió en el encuentro de vuelta. En el segundo partido creó muchísimos problemas, incluso más que en el de ida, y buscó constantemente el lado de Sergio Sánchez, el central más débil de la defensa de Pellegrini. Además, marcó el primer gol de su equipo en un contraataque impecable.

Sin embargo, ayer Robert Lewandowski superó todas las expectativas y anotó cuatro goles en un partido de semifinales de Champions. Cuatro tantos para culminar una actuación portentosa en la Copa de Europa, pase lo que pase en el partido de vuelta en el Bernabéu. Si el control y la posterior definición en la jugada del 2-1 ya eran una maravilla, la maniobra del polaco para marcar el 3-1 quedará en la memoria como una de las acciones más bellas de esta edición de la Champions League. Una exhibición que se suma al buen rendimiento visto en la fase de grupos, octavos y cuartos de final. El broche final espera en Wembley... siempre que el Borussia Dortmund resista durante 90 minutos en el Bernabéu.

martes, 16 de abril de 2013

Apuntes de la Eredivisie: Demouge, el último refuerzo del Roda

Frank es un delantero de 190 centímetros al que le cuesta mover su cuerpo. Es un delantero torpe que jamás ha superado la quincena de goles en la Eredivisie y que ha pasado por media docena de clubes neerlandeses, tanto de primera como de segunda división. Aun así, llegó a jugar regularmente como titular en el Utrecht de Vorm, Strootman, Mertens y Van Wolfswinkel, pero apenas coincidió durante una temporada con esa generación. El equipo se descompuso hace casi dos años y Frank Demouge, tras una discreta temporada, decidió emigrar a Inglaterra el pasado verano.

Le esperaba la sureña Bournemouth y un equipo de League One. Pero Demouge se lesionó nada más llegar a Inglaterra y no logró hacerse un hueco en el equipo. Sólo jugó dos partidos entre septiembre y octubre, ambos como titular, pero a los once minutos del segundo encuentro tuvo que ser sustituido. Decepcionado Demouge y resignada su afición, regresó, en condición de cedido, a la Eredivisie.

Desde que regresó para jugar en el Roda ha jugado siete partidos y ha anotado cinco goles. El último consistió en empujar un balón en el área pequeña. Pero ahí estaba, pues tuvo que adelantarse al checo Kalas para llegar antes que él al balón. Marcó el 2-3 ante el Vitesse e hizo creer a su equipo en una remontada que culminarían en el descuento. Se peleó con los centrales y sembró el pánico en la defensa del equipo de Rutten, que no supo como pararle. No siempre bajaba el balón, a menudo ni siquiera tocaba el esférico, pero lograba que los defensores no lo despejaran. En los Países Bajos, Frank sigue siendo un delantero torpe y lento. Sin embargo, se siente útil.

sábado, 13 de abril de 2013

La Copa de Callum

Empezó como un futbolista habitual en las primeras rondas coperas pero sin demasiado peso en el equipo para acabar siendo, unas pocas semanas más tarde, un fijo en el once inicial del Wigan Athletic. Así,  McManaman se ha ido consolidando poco a poco hasta convertirse en uno de los jugadores más en forma del equipo. Le sucede como al Wigan en esta FA Cup: ha pasado de tener un rol secundario y prácticamente residual, al que no se le prestaba demasiada atención, a dar las sorpresa y estar a un paso de hacer algo grande.

Callum McManaman ha sido, junto a Jordi Gómez y Maynor Figueroa, el único futbolista del Wigan que ha jugado los seis partidos de la FA Cup como titular. Aunque en uno, contra el Huddersfield Town, creía que no lo iba a ser. De hecho, el día anterior al partido, Roberto Martínez le dijo que no formaría parte del once titular para disipar su nerviosismo. Sin embargo, acabó jugando los noventa minutos y antó el primero de los cuatro goles del Wigan. Desde entonces no ha dejado de crecer. Empezó a tener minutos de verdad en la Premier League y siguió jugando la FA Cup como titular. Además, una soberbia actuación ante el Everton en los cuartos de final, con gol incluido, le consolidó en la formación inicial de los latics. Y ya no ha vuelto a sentarse en el banquillo.

Hoy el Wigan Athletic se ha clasificado para la final de la FA Cup y Callum McManaman ha sido uno de los mejores de su equipo. Ha anotado el segundo gol, el que setenciaba el encuentro a falta de doce minutos para el final, pero ha aportado mucho más. Empezó en la banda derecha y acabó en la izquierda, pero siempre buscó encarar al defensor rival. Regateó hacia fuera, centró, forzó algunos córners, chutó varias veces y hasta marcó un tanto. Se mostró como un futbolista muy activo que, al recibir pegado a la línea de banda, ofreció alternativas al juego del Wigan, de mucho toque y posesión por el carril central.

Callum no fue el mejor del equipo, pues Maloney, Koné y Jordi Gómez rindieron a un nivel altísimo, pero se está erigiendo como un futbolista importantísimo dentro de la plantilla. Esta final de la FA Cup es una hazaña de todo el equipo, pero él la recordará de un modo especial. Posiblemente como el torneo que hizo despegar su carrera.

viernes, 12 de abril de 2013

Dos extranjeros en Södertälje

Este texto fue redactado a finales de julio del año pasado, retocado y ampliado en diciembre y revisado en abril. En su momento no salió a la luz y aprovecho ahora, cuando apenas se han jugado un par de jornadas de la liga sueca, para publicarlo en Ojeador Internacional.

Södertälje es una ciudad sueca situada a unos 30 kilómetros al sur de Estocolmo. Es famosa a nivel mundial por ser el lugar de nacimiento de Björn Borg, uno de los tenistas más grandes de todos los tiempos. Pero Södertälje también es conocida por acoger una de las comunidades de inmigrantes más numerosas en Suecia, la aramea. Esta comunidad semita vivió en parte de la antigua Mesopotamia, en regiones ahora pertenecientes a países como Turquía, Iraq o Siria. La ciudad de Södertälje acoge a muchísimos immigrantes de esa región del mundo y, más allá de los arameos, también son importantes otras comunidades como la asiria.

La mejor manera de ejemplificar la importancia de estas comunidades en Södertälje es citar los cinco templos dedicados al culto religioso que encontramos en la ciudad o los dos canales de televisión dirigidos hacia la misma comunidad. Además de los dos grandes clubes de fútbol del municipio, también fundados por inmigrantes de esa región. Estos equipos no han sido especialmente exitosos a nivel nacional, pero ambos han llegado a jugar en la Allsvenskan, la primera división del país. De hecho, el Syirianska FC fue fundado por immigrantes arameos mientras que al Assyiriska Föreningen lo crearon suecos de origen asirio.

El primero de los dos clubes "extranjeros" que se fundó -y también el primero en jugar en la Allsvenskan- fue el Assyriska Föreningen. La fundación del club asirio llegó en 1971, pero hasta 1974 no se formó el equipo de fútbol. El Assyriska fue progresando a través de las distintas categorías del fútbol sueco hasta llegar a la Superettan, la segunda división, en 1992. Logró estabilizarse en esa categoría en la década de los 90 y protagonizó su primera gran hazaña en la élite en 2003, cuando perdió ante el Elfsborg la final de Copa por 2-0. La medalla de plata siempre es amarga, pero con el paso del tiempo no lo puede ser para lo que entonces era un club de Segunda División.

Al año siguiente llegó un nuevo éxito para el Assyriska, pues ascendió a la Allsvenskan por vez primera en su historia. La temporada en Primera no fue tan buena como se hubiese deseado, pero el club y sus raíces se dieron a conocer. Ese mismo 2005 se rodó el documental Assyriska: A National Team Without a Nation de Nuri Kino –periodista sueco de origen asirio- que trataba la historia de la institución, la masa social que lo seguía y lo que significaba ese club para el pueblo asirio, que no tenía una selección que le representase pero sí un equipo de fútbol en Suecia. Poco a poco se iba conociendo su peculiar historia.

El equipo que representó al Assyriska en la Allsvenskan tenía a varios futbolistas suecos de origen asirio como David Durmaz, Stefan Batan, Andreas Haddad o Eddie Moussa. Ellos constituían un grupo con varios representantes de lo que es la realidad social sueca en forma de futbolistas nacidos ya en Europa pero de padres y orígenes bien lejanos. Un reflejo del verdadero Assyiriska.

Desafortunadamente, el Assyriska no cuajó una buena temporada en la Allsvenskan. Cuatro victorias, dos empates y veinte derrotas les condenaron al último puesto de la clasificación. Una bonita experiencia que, sin embargo, dio a conocer a este equipo a muchos países del mundo, a más de ochenta con población de origen asirio. Luego se produjo otro descenso, pero el equipo se recuperó rápidamente. Ahora forma parte de la zona media de la Segunda división sueca pero, no obstante, tanto internet como la televisión han difundido el legado social de este club, cada vez más conocido. Ya no sólo tiene aficionados en Södertälje, sino que el Assyriska también llega a otras partes del mundo como Estados Unidos o Siria, donde se encuentra el lejano origen de esta institución. De hecho, el club está planeando expandirse con algo parecido a un equipo satélite en Estados Unidos.

Ya sólo quedan dos de los miembros asirios de la plantilla que disfrutó de la Allsvenskan: David Durmaz y Stefan Batan. También está Christer Youssef, otro futbolista con orígenes en esa misma región, pero en esa época era demasiado joven. Actualmente la plantilla está formada por menos asirios que antes, aunque la identidad del club se mantiene con esos tres futbolistas como referentes. En cualquier caso, tienen menos jugadores con raíces en esa región que el otro equipo de la ciudad, con el que además comparten estadio.

El Syrianska FC fue fundado, bajo el nombre de Suryoyo Sportklubb, por un grupo de aficionados arameos unos años más tarde que el Assyriska Föreningen. Nació en 1977, pero no fue hasta 1986 cuando adoptó el nombre actual de Syrianska FC. Su escudo incluía el símbolo alado propio de la bandera aramea, los colores de la misma, y el origen del club -inscrito en el mismo escudo en arameo- explicitando así la relación del actual Syrianska con dicha comunidad. El Syrianska FC siguió una progresión similar a la del otro equipo de la ciudad, aunque algo más lenta. Poco a poco se fueron superando divisiones hasta estabilizarse en Tercera, donde el club compitió durante muchos años. Se rozó el ascenso en distintas ocasiones, pero sin suerte hasta 2008, cuando se consiguió la promoción a la Superettan. Un par de años más tarde llegó el ansiado ascenso a la Allsvenskan. En 2010, seis años después, Södertälje volvía a tener a un equipo en la máxima categoría del fútbol sueco.

Uno de los pilares del éxito del Syrianska fue el manager del equipo, especialmente implicado en la causa. Özcan Melkemichel fue jugador del Syrianska en la década de los ochenta y a partir de 2003 se vinculó de nuevo a su club. Se convirtió en una figura de particular relevancia en 2005 al asumir el puesto de manager, rol que aún ostenta. Aunque, evidentemente, él lleva tantos años vinculado con el Syrianska por su ascendencia aramea, como varios de los futbolistas que conforman la plantilla de su equipo esta temporada.

Otro ejemplo es el capitán del equipo, Suleyman Sleyman. Nombre y apellido ya revelan que sus orígenes se encuentran lejos de Suecia, en este caso en tierras arameas. No obstante, él nació en Suecia, precisamente en Södertälje, lo que le convierte en uno de los ídolos locales. Su historia es la de un futbolista que debutó con el club que representa sus orígenes para marcharse posteriormente al Hammarby -donde jugó durante muchos años, ganó una liga y hasta debutó con la selección absoluta sueca- y acabar volviendo al club de toda su vida, donde ahora es el capitán.

Una trayectoria similar siguió Louay Chanko, también nacido en Södertälje a pesar de sus orígenes arameos. Debutó con el Syrianska, se marchó para jugar en clubes de mayor nivel (ganó dos ligas), coincidió con Sleyman en el Hammarby, y finalmente regresó a casa en 2012. A diferencia de Sleyman él escogió representar a la selección de sus orígenes, Siria.

Y así se podrían ir completando las historias de la mayoría de los futbolistas de origen arameo o asirio del club, aunque, por ejemplo, Sharbel Touma y George Mourad nacieron lejos de las fronteras suecas. El caso de este último futbolista es algo especial, ya que a pesar de haber jugado un par de amistosos con la selección sueca en 2005, la selección siria decidió convocarlo en 2011. Esta decisión acabó provocando que la FIFA la excluyera de la fase de clasificación para el Mundial de 2014. Sin embargo, en febrero se marchó a China.

Todo esto ha ayudado a internacionalizar la imagen del Syrianska FC, un club mucho más conocido ahora que hace un par de años. No deja de ser un equipo muy seguido en casi todos los lugares del planeta con presencia aramea y lo llamativa que resulta su presencia en la Allsvenskan va alertando cada vez a más aficionados. De momento ya llevan dos temporadas en Primera, mejorando asi la actuación del Assyriska, y la pasada temporada lograron asegurar la permanencia con cierta holgura. Así que si el Assyriska realiza un buen año en la Superettan quizás veamos un duelo entre los dos equipos extranjeros de Södertälje en la primera división sueca más pronto que tarde.

Otros clubes de origen arameo
También hay que añadir que posteriormente aparecieron otros equipos bajo la denominación de Assyriska y Syrianska, pero situados en otras ciudades. Por ejemplo, en la cuarta división sueca están el Assyriska IF de Norrköping, fundado en 1977 por la comunidad asiria, o el Assyriska BK de Västra Frölunda, un barrio de Göteborg. Este segundo club fue creado en 1985. No obstante, ambos están jugando en la cuarta división sueca.

Los Syrianskas suecos tampoco llegan al nivel del equipo de Södertälje, que es el tercero en antigüedad. El primero en nacer fue el Syrianska IF Kerburan, de la ciudad de Västeras, cerca de Estocolmo. Hasta esta temporada eran el mejor de los demás Syrianskas, pero tras jugar varios años en Tercera no se han escapado del descenso a la cuarta división del fútbol sueco. Tambien situado en la zona de Estocolmo se encuentra el Arameiska-Syrianska Botkyrka, fundado en 1980. De hecho, Botkyrka es un barrio de los suburbios de Estocolmo y también tiene a su Assyriska particular.

Otro de los casos más recientes es del Valsta Syrianska, fundado en 1993 y también situado a las afueras de Estocolmo, en Märsta. Tras varios años en Tercera, bajaron a la cuarta división y sólo tardaron una temporada en regresar a la que hasta hace poco había sido su categoría. Querrán celebrar sus 20 años de historia con otro ascenso y quizás así podrán jugar un duelo contra otro club de origen arameo, en este caso uno de los de de Södertälje. No están tan lejos de emular a los dos clubes de la zona con los que comparte lazos familiares.

martes, 9 de abril de 2013

Un equipo para la memoria

El Málaga ha sufrido un golpe durísimo. Una derrota de las que duelen profundamente por la forma como se produce. Y por aquello que impide vivir, pues los malacitanos difícilmente volverán a estar tan cerca de una semifinal de Champions League. El gol en el último segundo del descuento acabó con esa nueva realidad que muchos ya estaban imaginando: otro sorteo, dos partidos más, otro viaje europeo, la oportunidad de soñar con una final en el debut... y el momento en el que todo esto se rompe es muy doloroso.

Sin embargo, el Málaga se ha ganado hoy un pedazo de historia que será recordado durante muchísimo tiempo. Estas hazañas sólo se valoran con perspectiva pasados unos días, semanas, meses e incluso años. Es muy pronto para tratar el impacto que dejará la eliminación en Dortmund, porque antes habrá que ver cómo evoluciona en las próximas temporadas este equipo. Pero, cuanto más lejos se esté de repetir la experiencia de disputar la Champions más se valorará la dimensión histórica de la eliminación de esta noche.

Aunque el equipo de Pellegrini no sólo se ha ganado un lugar en la memoria colectiva. También ha curtido a sus futbolistas a enorme velocidad y ha brindado una última oportunidad a los más veteranos. Ha sido la Champions de Willy Caballero, que casi se convirtió en héroe con varias paradas de enorme mérito. También la de Gámez y Weligton, futbolistas que han pasado de jugar con el Málaga en Segunda a disputar partidos de Champions. O la de Demichelis y Toulalan, que llegaron más tarde pero que aportaron la experiencia y el oficio que nadie tenía en este equipo. Incluso la de Antunes, el último en llegar, y Monreal, que se marchó antes de que empezaran las eliminatorias. Pellegrini, constructor de equipos, es un caso distinto pero también una pieza básica del proyecto malacitano.

Así podría hablar de todos los futbolistas, pero hay que detenerse en los dos genios de este equipo a nivel ofensivo. El primero de ellos es un jugador que ha tenido la oportunidad de reencontrarse y alcanzar de este modo el mejor nivel en toda su carrera, que no es poco. No es tan explosivo como en sus primeros años, pero sabe aprovechar mucho mejor sus virtudes. El segundo es un genio que crecerá muchísimo con experiencias como la de esta Champions League. Ya decidió la primera eliminatoria y apareció hoy en un momento clave que parecía desequilibrar la segunda a su favor. De hecho, hasta fue clave en el debut en la fase de grupos con un golazo en el primer minuto. Es especial y ha demostrado que no suele encogerse. Ambos son la razón por la que el equipo ha podido competir con los mejores. Además de saber sufrir como pocos atrás, son imprevisibles. Son la diferencia entre un equipo más que correcto para competir y uno con potencial para hacer algo grande.

Todos deberían sacar lecturas positivas de la derrota de hoy. Aunque posiblemente no lo van a hacer esta semana ni tampoco la siguiente. Recuperarse de un golpe así lleva su tiempo y ellos lo necesitarán. Pero, tanto a nivel individual como colectivo, lo que hace crecer de verdad son los tropiezos y las derrotas. Y la derrota de hoy es especialmente cruel y dolorosa.

Apuntes de la Eredivisie: Vitesse, ahora o nunca

Todos hemos visto algún torneo de categorías inferiores en el que algún chico destacaba muy por encima de los demás. Fuese porque su físico, desarrollado con especial precodidad, era muy superior oporque era mucho mejor futbolista que el resto. En la Eredivisie Wilfried Bony se ha convertido en una mezcla de ambas cosas. Es un abusón. Juega a placer. Impone su físico para ganar duelos aéreos y proteger el balón cuando le aprietan, pero también es hábil para abrirse espacio dentro de área y disparar con peligro. El pasado sábado volvió a marcar dos tantos.

Los números respaldan a Bony: ha anotado 29 goles en 26 partidos. Él está siendo la pieza clave para que su equipo, el Vitesse Arnhem, esté luchando por el título junto al Ajax, Feÿenoord y PSV Eindhoven. No es casualidad que, desde que regresó de la Copa de África, el Vitesse haya sumado 22 puntos de 24 posibles y que él haya marcado en todos los partidos (14 goles). De hecho, sólo se ha quedado sin marcar en siete encuentros de la Eredivisie.

Wilfried Bony no es el único futbolista de calidad que tiene el Vitesse, pero sí que es el jugador diferencial. Está a la altura de los mejores en los últimos años: Luis Suárez, Dries Mertens, Balasz Dzsudzsák o Graziano Pellè. Se ha convertido en atacante que gana partidos y ha hecho de un buen equipo -formado por jugadores de cierto nivel como Reis, Kalas, van Ginkel, Kashia, van Aanholt o incluso Havenaar- un candidato a ganar el primer título liguero de su historia.

sábado, 23 de marzo de 2013

Un chipriota anónimo

A veces uno se encuentra con futbolistas excepcionales escondidos en equipos de media tabla de alguno de los grupos de la 2ªB española. Entre la multitud de jugadores que participan cada fin de semana en algún partido ignorado por la gran masa hay algunos de notable calidad. Aunque a menudo a muchos de ellos sólo los puedes ver una vez, sobre todo si son del equipo visitante. Entonces es inevitable quedarse con la primera impresión. Simplemente es cuestión de suerte. Puede que ese futbolista zurdo tan técnico te maraville con controles, caños y precisos cambios de juego o que te desespere por su apatía. No serás consciente de su irregularidad y de que quizás ése sea su mejor partido en los últimos 18 meses.

Algo similar sucede con los partidos de las selecciones nacionales. Se juegan muchísimos encuentros en muy poco tiempo y es imposible abarcarlo todo. Y entre tantos equipos hay varios a los que apenas puedes ver, lo que no deja de ser lógico. Además, cada selección llama a futbolistas que acuden desde distintos rincones del mundo. Por esta razón prestar atención a un partido de la selección de Chipre no suele ser un acto habitual en nuestras vidas, a no ser que quien esté leyendo estas líneas tenga familia u orígenes en dicho país.

Pero, precisamente hoy, Chipre ha conseguido un muy buen resultado ante Suiza, la selección más potente de su grupo. Y lo ha hecho gracias a un partido de enorme mérito, porque ha sabido incomodar al conjunto de Ottmar Hitzfeld, sobre todo en la segunda parte. Entonces, tras un primer tiempo bastante entretenido en el que ambos equipos han gozado de ocasiones de gol, Chipre se ha replegado atrás y ha esperado cerca de la frontal del área. Ha reducido los espacios y Suiza ha tenido muchísmas dificultades para generar oportunidades claras, hasta el punto de que sólo sus disparos lejanos entrañaron peligro.

Aquí es donde hay que introducir al nombre del futbolista de la tarde. Demetris Christofi, delantero de 24 años del AC Omonia, ya había completado una notable primera mitad. Había sido el principal socio de un Charalambides muy activo, que contagiaba confianza. Charalambides encaraba y habilitaba a sus compañeros, que a menudo recibían el balón con más espacio gracias a la atracción del futbolista del APOEL. El capitán ejerció de líder, pero el paso del tiempo lo desgastó y agotó sus fuerzas.

No obstante, en un segundo tiempo con un guion muy distinto, Christofi legitimó el plan de su selección. Añadió épica a su actuación. Sus compañeros estaban muy atrás, pero él luchaba cada jugada, trazaba desmarques profundos, ganaba disputas y metros. Recibía el balón, lo aguantaba, hacía que su equipo respirara y luego soltaba la pelota para intentar iniciar un nuevo ataque. Gracias a él Chipre inquietó a los helvéticos. Quizás jamás lo vuelva a ver jugar, pero en el momento adecuado hizo un partido descomunal. Y aun así, a pesar de su actuación, Christofi seguirá viviendo en el anonimato.