viernes, 27 de julio de 2012

También fuimos campeones (X)

Nunca hemos sido uno de los equipos más poderosos de nuestro país ni tampoco hemos estado a la altura de esos clubes con más de diez títulos de liga en sus vitrinas, como Wisla Krakow, Górnik Zabrze o Ruch Chorzów, que han dominado el fútbol polaco durante varias épocas. De hecho, tenemos muchísimos menos títulos que ellos, sólo dos campeonatos de liga. Nuestra ciudad, con la aportación del Widzew Lodz puede llegar a contar seis ligas. Incluso ellos nos doblan en títulos.

Pero, pese a poseer pocos trofeos, estamos orgullosos de ellos. Nuestra mejor época llegó en la década de los 50, cuando alcanzamos el subcampeonato de liga y ganamos nuestra primera y única Copa, en 1957. Posteriormente seguimos con nuestra progresión ascendente y nos impusimos por primera vez en la Ekstraklasa. Nos valió con sumar un punto más que el Polonia Bytom, actualmente hundido en las profundidades del fútbol polaco.

Una figura importante de ese equipo, y por ende de nuestra historia, fue Wladyslaw Król, el entrenador que nos condujo hacia la liga. En su momento -antes de la Segunda Guerra Mundial- ya fue jugador de nuestro equipo y llegó a marcar, según se cuenta, 295 goles. No obstante, Król también se dedicaba al hockey sobre hielo y llegó a representar a nuestro país en los Juegos Olímpicos de invierno de 1936 en Garmisch-Partenkirchen. Finalmente acabó siendo entrenador del equipo en el que jugó durante gran parte de su carrera y lo hizo con éxito, como bien indican los títulos conseguidos en esa etapa.

A partir de la década de los 60, pasamos a una etapa de mediocridad total. Casi siempre en Primera, eso sí, pero siempre lejos de cualquier título. Lo de 1958 había sido más una suerte, una casualidad, un nivel que difícilmente podíamos mantener. Pasaron algunos futbolistas de renombre por nuestro club, como el portero Jan Tomaszewski, que era el titular de la genial generación del Mundial de 1974. Para el recuerdo queda su protagonismo en el milagro polaco de Wembley que nos clasificó para ese Mundial, donde quedamos terceros.

Más allá de unos pocos nombres internacionales con Polonia, el LKS Lodz únicamente era capaz de estar temporada tras temporada en la parte media de la clasificación. Tiene mérito ser el cuarto equipo que ha estado más temporadas en primera -sólo por detrás de Legia Warsaw, Wisla Kraków y Ruch Chorzów- pero es algo decepcionante si no puedes competir con nadie ni por nada. No nos entristecía esta situación, pero tampoco nos acababa de llenar.

En cualquier caso, nuestra historia fue así de monótona hasta la temporada 1997-98. Bueno, un poco antes las cosas fueron a mejor: logramos un tercer puesto en 1993 y jugamos la final de Copa en 1994. La situación recordaba un poco a la de la década de los 50. Además tuvimos un dúo de entrenadores en esa época que nos dio muchos éxitos. La figura más destacada era la de Ryszard Polak, pero también fue muy importante el papel de Marek Dziuba, ex jugador del club y de la selección polaca de 1982, nacido en Lodz, y que ya conocía la entidad.

Si pasamos a hablar de nuestra plantilla, juntamos una buena generación como para ganar el título. Marek Saganowski, Boguslaw Wyparlo, Tomasz Cebula, Miroslav Trzeciak, Tomasz Wieszczycki, Wiltord Bendkowski o Tomasz Klos, la mayoría con experiencia (anterior o posterior al título) en el extranjero. Los juntamos a tiempo y nos llevamos una liga muy apretada donde estábamos cuatro equipos compitiendo hasta el final. Pero no impusimos por encima del Polonia Warsaw, Wisla Kraków y Widzew Lodz, nuestros vecinos y rivales, que habían ganado las dos últimas ligas. A base de conjuntar un equipo con jugadores de nivel medio-alto en Polonia superamos a equipos con mayor historia y calidad.

Pero, como en otras ocasiones, fue un mero espejismo. La temporada posterior acabamos undécimos. Y dos años después llegó el descenso, un golpe duro para un equipo que había sido campeón un par de años antes. El golpe dolió tanto que casi encadenamos dos descensos en tres temporadas y pasamos seis temporadas hundidos en la I.Liga. De hecho, en 2006 ascendimos los dos equipos de Lodz. Futbolísticamente hablando, fueron años muy duros para nuestra ciudad.

Cuando parecía que volveríamos a la normalidad, vinieron los problemas económicos. De hecho, éstos afectaron a los dos equipos de la ciudad. No se nos concedió la licencia para disputar la temporada 2009-10 en la Ekstraklasa y nos bajaron a Segunda mientras que tampoco se permitió el ascenso del Widzew a Primera.

La broma del descenso nos costó dos temporadas más en Segunda. Empezábamos a ser un equipo más habituado a la I.Liga que a la Ekstraklasa... y eso que somos el cuarto que ha jugado más temporadas en la primera división polaca, como os contaba antes (y quintos de la clasificación histórica). Pero de momento seguimos siendo un equipo ascensor. No nos pudimos mantener en Primera la pasada temporada. Por otra parte, lógico, visto que únicamente ganamos 5 partidos. 

En cualquier caso, está claro que es mucho mejor estar en la Ekstraklasa de manera regular, sin sufrir ni aspirar a nada, que pasarse descendiendo y ascendiendo categorías constantemente. No sólo porque la alegría del descenso se convierte en algo habitual y por lo tanto menos valorado, sino porque nosotros queremos competir contra los mejores de Polonia año tras año y mantenernos allí. Espero que podamos estabilizar esta situación pronto. De momento toca luchar por otro ascenso.

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