jueves, 29 de marzo de 2012

Expectativas frustradas

El pasado domingo se enfrentaron AZ Alkmaar y RKC Waalwijk en la Eredivisie. El líder contra un equipo modesto de media tabla que está haciendo una gran temporada. En el RKC Waalwijk uno de los jugadores más destacados, o como mínimo con mayor cartel, era un húngaro que destacó muchísimo en varios torneos de categorías inferiores y que llegó a jugar en las categorías inferiores del Liverpool: Krisztián Németh.

Krisztián Németh nació un 5 de enero de 1989 y fue durante muchísimo tiempo una de las mayores promesas del fútbol húngaro. Sus registros con las categorías inferiores húngaras son espectaculares: 11 goles en 9 partidos con la selección sub 17 (con la que se clasificó para el Europeo de la categoría en 2006, último que ha disputado Hungría), 14 goles en 15 partidos con la selección sub 19 y 9 goles en 6 partidos con la selección sub 20, equipo con el que alcanzó las semifinales del campeonato del mundo de la categoría junto a Vladimir Koman, otro jugador (centrocampista) que apuntaba muy alto en aquel momento y que actualmente se encuentra jugando en el Mónaco. Estos dos jugadores lideraban una de las mejores generaciones recientes del fútbol húngaro, generación que alcanzó su momento cumbre en el partido de cuartos de final ante Italia del Mundial sub 20 citado anteriormente.

Desde entonces la trayectoria de Németh no ha hecho más que descender en picado. Las lesiones le acompañaron con demasiada frecuencia en sus cesiones en el Blackpool y AEK de Atenas. Pasó por Olympiacos sin éxito y acabó volviendo al equipo de sus orígenes, el MTK Budapest. Ahí estuvo durante unos meses hasta fichar por el RKC Waalwijk, equipo en el que parece que puede volver a despuntar a los 23 años de edad. Aún tiene tiempo.

Como he dicho anteriormente, el pasado domingo Németh se enfrentó al AZ Alkmaar de Altidore, con quien coincidió durante 45 minutos en el terreno de juego. De hecho, Altidore tiene bastantes cosas en común con el delantero húngaro. Más allá de la posición que ocupan y de su mismo fin en el campo, ambos nacieron en 1989. De hecho, ambos tuvieron su momento de gloria en un Mundial sub 20 que marcó sus carreras con un buen recuerdo y un posterior desengaño.

Jozy Altidore jugó un Mundial sub 20 con 18 años. Así pues, estuvo en el torneo disputado en Canadá en 2007. Una edición especialmente positiva para la selección de Estados Unidos, que superó a Polonia, Brasil y Corea del Sur en la fase de grupos y que eliminó a Uruguay en los octavos de final. Esa generación, que tiene en Freddy Adu, Jozy Altidore y Michael Bradley sus nombres más conocidos, fue capaz de lograr uno de sus mejores registros en el torneo. Altidore tuvo parte de culpa: marcó tres goles en la fase de grupos, incluyendo los dos de su equipo ante Brasil, y también mojó en el partido de cuartos de final ante Austria.

A partir de ese momento varios equipos se fijaron en el bueno de Jozy Altidore. Ya había destacado en la MLS con el NY Red Bulls, rompiendo varios récords de precocidad como el de jugador más joven en marcar en un partido de play-offs, pero su buen Mundial sub 20 acabó de confirmar que apuntaba muy alto. Un año después fichó por el Villarreal.

Desde entonces, Altidore ha tenido muy pocas alegrías. Jugó poco, buscó oportunidades cedido y no jugó en el Xerez y pese a jugar bastante en Hull City y algo menos en el Bursaspor apenas marcó goles, déficit demasiado grande para un delantero. Tuvo un único paréntesis de alegría y un momento de gloria en la Copa Confederaciones de 2009 con su gol a España en el partido de semifinales.

Ése fue su único buen momento, radizalizando un poco, desde 2008. Hasta que fichó por el AZ Alkmaar el pasado verano, donde es importante y está recuperando la confianza. Empezó bien la temporada, ha tenido algún pequeño bache pero globalmente está rindiendo a un buen nivel. Le falta algo de contundencia y tiene que mejorar la definición, porque suma muchísimo con sus movimientos y su potencia, atrae muy bien a los defensores para generar espacios que sus compañeros pueden aprovechar. Le faltaba gol y lo está encontrando, aunque debe seguir mejorando. Pero lo está haciendo y esto le ayudará a recuperar la confianza.

Sin embargo, otro delantero joven que ha sufrido alguna grave crisis de confianza y que tiene que recuperarla pronto es Bojan Krkic. El delantero español ha sido otro de estos jugadores muy prometedores que ha sido devorado por las elevadas expectativas generadas por un debut y excelente rendimiento a una edad precoz. Un año menor que Altidore y Németh, Bojan debutó con el FC Barcelona de Frank Rijkaard en un momento delicado. Y lo hizo con 17 años recién cumplidos, casi nada. Esa misma temporada Bojan se convirtió en el jugador más joven de la historia del Barça en marcar un gol en liga y el segundo más joven de la historia de la Champions en batir la portería rival. Marcó 12 goles en 48 partidos en la temporada de su debut, antes de cumplir la mayoría de edad. De hecho, debutó con la selección y estuvo muy cerca de ir convocado a la Eurocopa.

Llegó Guardiola y el Barça mejoró, fichó y Bojan pasó a tener un papel algo más secundario en liga y Champions, pero fue muy importante en la Copa del Rey, que ganó el Barça con gol de Bojan en la final. Jugó 6 partidos menos que la temporada anterior y marcó 10 goles en total, buenas cifras.
La temporada posterior Bojan Krkic jugaría otros 6 partidos menos, pero igualó el récord de goles de su primera temporada. Guardiola apostó por él en el tramo final de temporada y ante la confianza depositada en él Bojan respondió.

La temporada 2010-11 fue muy negativa para Bojan, que perdió la confianza en sí mismo y entró en un tipo de bucle de frustración y nerviosismo. Es un caso muy reciente y conocido prácticamente por todos y las causas de ese mal momento pueden ser muchas. La cuestión es que al final de temproada sólo había marcado 7 goles y apenas jugó en el Europeo sub 21 disputado en junio cuando dos años antes él fue el delantero titular de la selección española en el mismo torneo. Algo estaba pasando y la sensación era que Bojan estaba estancado e incluso, hasta cierto punto, involucionando.

Bojan buscó una salida y se marchó a la Roma de Luis Enrique, equipo en el que juega con cierta regularidad. No está marcando muchos goles, pero sale a menudo desde el banquillo y ha hecho varios partidos buenos. No obstante, Borini, Lamela, Totti y Osvaldo están por delante del delantero español. Pero éste es un ambiente mejor en el que juega más y en el que tiene menor presión que en el vigente campeón de Europa. Pero es evidente que, pese a todo, Bojan no será lo que apuntaba cuando despuntaba en las categorías inferiores de la selección y en sus primeros años en el FC Barcelona. Aunque este verano va a cumplir 22 años. Y quizá el ejemplo de Altidore puede servirle a corto y medio plazo. O el de Németh.

De hecho, las tres trayectorias tienen ciertos paralelismos. Cada una tiene sus particularidades, evidentemente, pero su último paso ha sido el mismo: ir a un equipo menor para recuperar su confianza y volver a despuntar. Quizás no serán lo que insinuaban, pero aún están a tiempo de ser buenos futbolistas, muy buenos. Porque aunque lleven cerca de 5 años jugando al fútbol todavía son jovenes, muy jóvenes. Porque es que aún tienen entre 21 y 23 años.

sábado, 24 de marzo de 2012

Mérito belga

Lokeren y Kortrijk se jugaban esta noche el título de campeones de Copa en Bélgica. Un título que ninguno de los dos había ganado nunca. De hecho, ninguno de los dos equipos había ganado título alguno en su historia. El Lokeren había jugado una final de Copa en 1981, el mismo año en el que fueron subcampeones de liga con jugadores como Preben Elkaer Larsson, Wlodzimierz Lubánski y Grzegorz Lato en su plantilla. Jugadores contrastados, bastante más que los de su actual plantilla, la que ha hecho historia de verdad.

En una admirable y entretenida final de Copa en la que el Kortrijk se atrevió a salir con una defensa de tres desde el minuto uno de partido, el verdadero mérito estuvo en la actuación del Lokeren. El papel de un equipo que se quedó sin su máximo goleador en liga en el minuto 20 de partido porque De Ceulaer perdió el control de las emociones y propinó una patada fuera de su lugar a su marcador en un córner a favor de su equipo. Una expulsión que condicionó enormemente el partido, ya que obligó a alejar a Leko de la presión, dejó al Kortrijk tener el balón con comodidad, además de perder a uno de los mejores jugadores de ataque.

No obstante, la resistencia del Lokeren fue admirable. Sin tener el balón durante largas fases del partido, pero sin meterse excesivamente atrás, el Lokeren apenas concedió oportunidades a su rival. El jovencísimo lateral De Bock, de tan sólo 19 años, demostró estar capacitado para soportar un partido de las dimensiones de una final de Copa, siendo uno de los mejores de su equipo, fue clave para la victoria gracias a su exhibición de aptitudes defensivas. La línea defensiva rindió a un nivel notable y frenaron a Veselinovic, delantero de 1,98 metros que apenas puso en problemas al portero Barry.

También fue admirable el trabajo de Harboui en punta. Sin Leko como acompañante tras la expulsión de De Ceulaer, Harboui peleó con los defensas rivales, que siempre eran mayoría. Le vino de maravilla la entrada de Baye Fall en la segunda mitad para encontrar un compañero con el que asociarse ya que hasta entonces tenía que pelear cada balón pero apenas podía retenerlo. De hecho, el gol del Lokeren nació en las botas de Baye Fall. Harboui, como premio a todo el trabajo realizado durante el partido, fue quien consiguió superar al portero y marcar el gol que a la postre le acabó dando al Lokeren la Copa. Un justo premio que le convirtió en héroe por un día.

El gol fue un premio para Harboui, pero a los aficionados del Kortrijk les quedará un amargo sabor tras la final. Una amargura justificada por los 70 minutos de superioridad desaprovechados, especialmente por las pocas ocasiones de gol generadas. Una amargura que comparte N'For, que creyó injusta su sustitución cuando estaba alcanzando su mejor nivel en el partido. Pero el Kortrijk tiene que pensar en lo positivo, en lo que le queda de aquí al final de temporada: el play-off final para luchar por el título de liga. Evidentemente, no van a ganar la liga. Pero estar allí es un señal de que algo se está haciendo bien recientemente. Su temporada, tanto en liga como en Copa, también tiene muchísimo mérito. Hoy habrán perdido, pero si siguen así pronto van a poder disfrutar de otra oportunidad para ganar un título. Pero al final sólo puede ganar uno.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Le Petit-Quevilly

Le Petit-Quevilly es una pequeño municipio de la Alta Normandía, al norte de Francia. Según el censo de 2009, ahí viven 21.745 personas. Se encuentra al lado del río Sena, entre la ciudad de Rouen, capital de la región, y Le Grand-Quevilly. Ayer, en su pequeño estadio de fútbol (caben unas 2.500 personas) se produjo una de las grandes sorpresas de la jornada. El US Quevilly, decimosexto clasificado de la tercera división francesa, eliminó al Olympique de Marsella de la Coupe de France. Un modesto equipo de tercera eliminó al vigente campeón de la liga francesa y al equipo francés que está cuajando una mejor temporada en competición europea tras haber certificado su clasificación para los cuartos de final de la Champions League una semana antes.

Sin embargo, la alegría que vivió ayer el Quevilly es consecuencia de muchos años de duro trabajo. Este equipo llegó a las semifinales de Copa hace dos temporadas, pero no todo fue fácil hasta ese momento. Este era un equipo con cierta tradición en Francia. De hecho llegaron a jugar una final de Copa en 1927... ¡contra el Olympique de Marsella! En esa ocasión, el 6 de mayo de 1927, cayeron por un claro 3-0.

A partir de los años 50 el equipo jugó en la categoría de fútbol amateur en Francia. Pero una reforma en el sistema de ligas el año 1970 les permitió ascender a la segunda división del fútbol francés, mayor hito del equipo tras la final de Copa jugada en 1927. Se mantuvieron durante dos temporadas. Pero tras un meritorio séptimo puesto en la primera temporada, el equipo empezó a pasar apuros económicos, no se podía permitir los largos desplazamientos para jugar como visitante y no podía mantener la pagar los focos para iluminar el campo en los partidos nocturnos. Los problemas económicos provocaron el descenso del equipo de la segunda división y el equipo acabó descendiendo a la División de Honor de Normandía en la temporada 1975-1976. Tras la temporada 1977-78 el equipo desaparecería tras declararse en bancarrota.

Pero no tardó en ser refundado. Esto ocurrió un 6 de enero de 1979 y el equipo volvió a jugar en las ligas oficiales de la federación francesa, pero lo hizo en la última categoría del fútbol francés, ocho por debajo de la que disputaba en la temproada 77-78.

Desde entonces el equipo ha ido sumando ascensos y poco a poco ha ido recuperando su lugar en el fútbol francés. En la temporada 1998-99 consiguió el ascenso a la 5ª división del fútbol francés y en 2010 llegó otra alegría copera, muchos años después, cuando jugaron la ya citada semifinal ante el Paris Saint-Germain siendo un equipo de cuarta división.

El año pasado ascendieron a la National, la tercera división del fútbol francés. Y lo han celebrado a lo grande, tras eliminar al Racing Club Clermontois, Feignes y La Tour D'Auvergne Rennes en los penaltis, Angers, Orléns y ayer al Olympique de Marsella, clasificándose para las semifinales de la Copa con esta victoria. Tras eliminar al La Tour D'Auvergne Rennes escribí sobre ellos porque me parecía notable que un equipo de la sexta división francesa pusiera en tantos problemas a uno de tercera. Ese día, mientras escuchaba la tanda de penaltis en una radio francesa sin entender casi nada, quería que el TA Rennes ganara la tanda. Sin embargo, ayer, mientras escuchaba el final del partido en la radio francesa -seguramente la misma- quería que el Quevilly eliminara al Olympique de Marsella. Por esa simpatía que genera un equipo que es capaz de eliminar a los más grandes de su país en más de una ocasión. O simplemente a un equipo que es más grande cuando observas ese partido desde una situación externa a ambos equipos.

Quizá sea la típica simpatía hacia el equipo débil, reforzada ahora al descubrir la dura historia de este equipo que en los últimos años ha ido progresando partiendo desde la última categoría del fútbol francés. El fútbol nos descubre situaciones muy bonitas y ésta es una de ellas, una historia de superación. Este equipo de Le Petit-Quevilly volvió a vivir una noche de alegría, su tercera gran noche en los últimos años. Una alegría más que merecida que mete a John-Cristophe Ayina entre los mitos contemporáneos del club. Y una alegría que comparto con este pequeño equipo, al que me gustaría ver en la final de París del próximo 28 de abril.

viernes, 16 de marzo de 2012

Conclusiones europeas

La Champions League y la Europa League, las dos grandes competiciones europeas, nos han deparado una semana más que interesante. Los partidos de Chelsea, Real Madrid, Bayern, Athletic de Bilbao, Manchester City, etc. han copado los titulares y han atraído el interés de los aficionados al fútbol. Estos partidos nos han dejado muchos detalles, nos han emocionado, entretenido, hecho disfrutar y sufrir. Tras una semana con tantos estímulos y emociones, toca reflexionar en frío sobre lo acontecido e intentar sacar conclusiones. Hoy, además, se han sorteado las eliminatorias de cuartos de final y los cuadros de semifinales de ambas competiciones. No obstante, si hay tiempo, esto tocará tratarlo otro día.

Los principales partidos de riesgo en la Champions se encontraban en Múnich y en Londres. Bayern y Chelsea estaban contra las cuerdas tras perder el partido de ida y el partido de vuelta era vital. Unos sin Schweinsteiger al máximo nivel y con la posibilidad de despedirse demasiado pronto de la final que se disputará en su casa. Los otros, con un nuevo entrenador que necesita afianzarse a base de buenos resultados y de fe más que con un fútbol estético.

En el primer partido, el Basilea se vio totalmente superado por un extraordinario Bayern que destapó todas las carencias y limitaciones de su rival, inferior. Sin embargo, no hay que desmerecer la actuación del Basilea y su trayectoria en la competición pese al abultado resultado. Con el partido resuelto, la atención se centraba en el otro partido (Inter-O.Marsella), aunque algunos nos quedaramos paraa ver la lenta y dolorosa despedida del Basilea hasta el final. Lo mejor de ese partido -más allá de la superioridad de Ribéry y Robben y de los cuatro goles de Mario Gómez-, fue el buen nivel de Kroos, jugador que nunca me acaba de convencer con un gran partido pese a no disgustarme.

Más igualado parecía el partido de Stamford Bridge. Di Matteo recurrió a los eternos veteranos del Chelsea (Terry, Lampard y Drogba, entre otros) y estos respondieron. Sin embargo, lo más interesante fue la capacidad del Chelsea para dominar la situación y las emociones durante gran parte del partido. Especialmente tras el primer gol (golazo) de Didier Drogba. El Napoli, un equipo mucho más inexperto en este tipo de contextos de máxima tensión y presión, sucumbió anímicamente hasta que Inler fue capaz de aprovechar un rechace en la frontal para marcar el 2-1, que metía al Napoli en la eliminatoria. Hasta ese momento el Chelsea había sido capaz de crear el pánico en la defensa napolitana con balones frontales y laterales buscando a Drogba y las incorporaciones de los centrocampistas desde atrás e incluso con los saques de banda de Branislav Ivanovic.

Esta capacidad del Chelsea para sobreponerse a la situación también se puso de manifiesto en la prórroga, que consiguió congelar una vez conseguido el 4-1 (Ivanovic). El Napoli, pese a estar a un gol de meterse en los cuartos de final, apenas dio la sensación de poder acercarse a su objetivo. El Chelsea, una vez más, fue capaz de demostrarnos que la experiencia es muy importante en la Champions League pese a que futbolísticamente no estén en su mejor momento. En cuartos de final jugarán contra el Benfica, ida en Lisboa, vuelta en Londres. Quizás en una eliminatoria de guión similar.

Precisamente de la Champions League cayeron dos equipos de una misma ciudad que ayer fueron eliminados. Tampoco era descabellado pensar que el Athletic podía eliminar al Manchester United, pero creo que pocas esperábamos que lo superara tan claramente en los dos partidos. Y tampoco esperaba que Sporting de Portugal eliminara al Manchester City. Ni tampoco que el City estuviera cerca de remontar la eliminatoria en los últimos 45 minutos, teniendo Hart la ocasión definitiva en el tiempo de descuento.
Pero esto ocurrió. El City no dio muestras de ser capaz de remontarle la eliminatoria al Sporting hasta el tramo final de la segunda mitad. Además, el gran gol de falta de Matías Fernández tampoco ayudó (poco después llegaría el segundo de Van Wolfswinkel). Sin embargo, vimos una pobre versión del equipo de Roberto Mancini, con Silva eclipsado por Daniel Carriço, siempre muy pegado, y con un juego previsible, con jugadores desequilibrantes que ni participaban ni encaraban a los defensores rivales. Pese a no jugar bien y pese a los peculiares cambios de Mancini, el equipo se metió en el partido y estuvo cerca de marcar los cuatro goles que necesitaba en la segunda mitad del partido de vuelta. Pero no lo consiguieron.

Además, la Europa League nos dejó otros detalles como las remontada de Schalke y Metalist y el contundente resultado del Hannover en el partido de vuelta ante el Standard de Lieja. Ahora tocará esperar diez días para que vuelvan las competiciones europeas, que poco a poco se acercan a su conclusión. Visto el sorteo, no es una locura pensar en la posibilidad de ver dos finales entre equipos españoles, pese a que evidentemente es algo complicado. Ocurra o no esto, no hay ninguna duda de que nos van a dejar partidos memorables y que, como aficionados, tocará disfrutar de lo poco que queda hasta las finales de Múnich y Bucarest.

sábado, 10 de marzo de 2012

El rompecabezas de Harry

El Tottenham tiene un proyecto muy estimulante. Lleva varios años fichando a buenos jugadores, haciéndoles crecer y consiguiendo buenos resultados. Dichos resultados, que incluyen el cuarto puesto de la temporada 2009-10, han hecho que el equipo pueda retener a estrellas de la talla de Luka Modric, Gareth Bale y Rafael Van der Vaart recientemente.

Sin embargo, conseguir tal retahíla de estrellas y jugadores de buen nivel tiene sus problemas. Uno de ellos (bendito problema para Redknapp, por cierto) es intentar encajarlos a todos en un mismo once. Y aquí Harry Redknapp tiene un serio problema, porque hay dos jugadores muy buenos (y similares) como Sandro y Parker que parecen incompatibles con el resto en los esquemas de Harry Redknapp dentro de un mismo sistema.

Juntarlos a ambos en un mismo once, siguiendo el habitual 4-2-3-1, significa desplazar a Modric de su posición más habitual (o al banquillo). Si Redknapp opta por el 4-3-3 y apuesta por un centro del campo formado por Modric, Sandro y Parker, es Van der Vaart el jugador sacrificado, sea empezando el partido en banda derecha o esperando su oportunidad en el banquillo ya que normalmente Aaron Lennon es el titular en banda derecha.

En varios partidos, como el de hoy ante el Everton, hemos visto como Harry Redknapp se encontraba con dicho problema. Sin Lennon (lesionado), Harry Redknapp apostó por un 4-4-2 con Parker y Sandro de mediocentros, Modric y Bale en las bandas y Defoe acompañando a Adebayor en punta. Esto ha generado dos problemas en el Tottenham:

1) Al juntar a Sandro y Parker en el centro del campo, Modric es el jugador que tiene que jugar fuera de su posición. Además, en un 4-4-2 con Defoe y Adebayor en punta.
2) Modric es desplazado a una banda. Concretamente al perfil zurdo, donde puede participar más en el juego, asociarse y hacer diagonales para que Assou-Ekotto aproveche su hueco. Este movimiento genera otro problema colateral: Bale juega en banda derecha, mucho más limitado ya que tiende demasiado a irse hacia el centro, buscando la diagonal. Se convierte en un jugador previsible, ya que si se va por fuera sólo puede centrar con el exterior, no sorprende tanto como en la banda izquierda.
Conclusión: Bale juega limitado en banda derecha y Modric apenas interviene en el juego. Se echa de menos la habitual profunidad en las bandas spurs.

El partido de hoy ha sido un ejemplo de varios vistos en lo que llevamos de temporada. A Redknapp le gustan Sandro y Parker, pero parece complicado poderlos encajar a ambos en un mismo once, aunque estén rindiendo a un buen nivel. Seguramente Sandro merece más oportunidades (sólo 9 titularidades en Premier), pero actualmente entre él y Parker sólo puede jugar uno para no perjudicar al equipo, que se debilita demasiado cuando modifica la pareja de mediocentros formada por Modric y Parker. Especialmente cuando el croata es desplazado a una banda y participa mucho menos en el juego de su equipo.

Sin embargo, quizá el problema esté en que no hay un claro recambio en las bandas. En la razón por la que Modric o Van der Vaart juegan en una de las bandas. Cuando Lennon o Bale no están, por la razón que sea, suele jugar en su lugar un jugador que no está habituado a esa posición. Normalmente los escogidos son Kranjcar, Modric y Van der Vaart. Parece que ni Rose ni Giovani Dos Santos son jugadores de garantías para suplirles y que las lesiones y sanciones de los habituales jugadores de banda son las que obligan a Redknapp a cambiar varias de sus piezas en algunos partidos.

En 8 de los 9 partidos de Premier que Sandro ha jugado como titular, o bien Lennon o bien Bale no estaban en la convocatoria (por lesión, generalmente). En la otra titularidad restante (ante West Bromwich Albion) era Modric la pieza que no estaba disponible. Todas las oportunidades que ha tenido Sandro tiene en su origen ausencias de compañeros. Pero, pese a ello, el Tottenham ha sumado 17 de 27 puntos con Sandro como titular, cifra más que decente.

De todos modos, es evidente que cuando Modric es alejado de la génesis del juego spur, el Tottenham no rinde tan bien como cuando él está ahí. Sin embargo, a menudo es sacrificado cuando hay ausencias en otras parcelas del equipo para cubrirlas cuando él no rinde tan bien, notándose así más su ausencia en el centro del campo y la del compañero que no está. Y es aquí cuando, a menudo, coinciden Sandro y Parker como titulares. Así pues, además de buscar algún refuerzo en defensa, que es lo más demandado actualmente en el Tottenham, quizá una solución esté en encontrar algún jugador más de garantías para la banda para no tener que usar a Van der Vaart y a Modric en esa posición. Porque, por cosas como ésta, el Tottenham se va alejando cada vez más de la lucha por la Premier League. Más que intentar hacer encajar a Sandro, Parker, Bale, Modric y Van der Vaart, la clave está en no mover a Modric e intentar explotar las bandas, una de las grandes virtudes del Tottenham. Luego, el resto del puzzle ya acabará encajando tarde o temprano, si es que las piezas clave no son traspasadas a otros equipos el próximo verano.